ONCE UPON A TIME... En un lugar no muy lejano, los colores comenzaron a desaparecer. Cada día un nuevo color se desvanecía, el rosa desapareció de los amaneceres, de las flores, de las telas, de las habitaciones de los pequeños; el verde de los árboles fue tornándose poco a poco en gris. Las personas, demasiado ocupadas con su trabajo, sus fiestas y sus pantallas, parecieron no darse cuenta.

Fue en uno de esos días cuando Ariel miró por su ventana y notó que los colores del atardecer ya no estaban ahí. Impactada y atemorizada salió a pedir ayuda y gritó por las calles: ¡Los colores han desaparecido! ¿Alguien sabe a dónde pudieron ir? ¡Escúchenme, tenemos que recuperarlos! En una calle llena de gente, nadie siquiera volteó a mirarla. Después de varias horas sin respuesta, Ariel se sintió derrotada y se echó a llorar. Al verla llorando sentada en el piso, un extraño se acercó y le preguntó ¿Qué te pasa, porqué lloras? A lo que Ariel respondió, ¿no te has dado cuenta? ¡los colores se han ido y lo peor es que a nadie parece importarle! El extraño soltó unas risas y mostrándole su ipad le contestó, no te preocupes los colores siguen aquí, cuando los extrañes puedes tomarte una foto o grabar un video y agregarle un filtro con los colores que más te gusten.

Ariel horrorizada con la idea de que los colores nunca regresarían a su vida, salió corriendo de ese lugar. Después de unas horas, agotada, Ariel se sentó debajo de un árbol, lo abrazó y le pidió con todas sus fuerzas que por favor trajera a los colores de regreso, después de muchas súplicas, Ariel se quedó dormida. Al despertar horas más tarde, de la rama del árbol cayó un boleto de viaje, sorprendida porque en el boleto estaba escrito su nombre, casi al instante pudo notar que una pequeña puerta de madera se abrió.

Detrás de esa puerta se encontraba un caminito de piedras rodeado de ramas y árboles, por lo que Ariel no podía ver qué se escondía al final. Decidió seguirlo y pronto se topó con un enorme castillo que tenía la puerta abierta, como si la estuviera invitando a pasar, intrigada Ariel entró. Al recorrer sus pasillos pudo notar que en la esquina de un cuarto algo brillaba con un tono dorado resplandeciente, se acercó y encontró unos hermosos bolsos luciendo todos los colores que habían desaparecido en su mundo. Casi por instinto Ariel se probó el primer bolso, sintió que un escalofrío recorría su cuerpo y recordó de nuevo la ilusión que había tenido cuando era niña. Comenzó a probarse todos los demás bolsos y notó que debajo de ellos había una nota que decía: si tu corazón me elige, puedes llevarme contigo. Entonces, Ariel tomó su favorito y salió del castillo. Al salir se dio cuenta que los colores habían regresado, que el sol brillaba, el cielo vestía un tono azul celeste intenso, los árboles habían vuelto a ser verdes y las flores a desfilar preciosos colores.

Esas hermosas bolsas le recordaron a Ariel que su Eternal Fantasy nunca desapareció y que lo único que tenía que hacer para encontrarlo era conectarse con la niña llena de ilusión que siempre ha vivido dentro de ella.

By Whatapoem